Bombas atómicas
El funcionamiento de una bomba atómica es similar al funcionamiento de un reactor nuclear, en el que la masa del combustible es muy superior a la masa crítica. Inicialmente, el combustible es fragmentado, y cada uno de los pedazos, suficientemente alejados de los demás, de modo que no sea atendida la talla crítica; la explosión se produce en acercar los fragmentos entre ellos bruscamente.
A fin de aumentar el rendimiento y la eficacia de una bomba atómica se deben utilizar combustibles prácticamente puros; los utilizados hasta ahora han sido el uranio-235 y el plutonio-239. El uranio-235 es difícil y caro de obtener, porque no es posible separarlo químicamente del uranio natural y se debe recurrir a procedimientos físicos como la difusión gaseosa. El plutonio-239, que aparece como subproducto en los reactores de uranio natural, puede ser aislado por procedimientos químicos clásicos.
En la bomba de hidrógeno, la fusión de los núcleos de átomos ligeros (corrientemente hidrógeno 2 e hidrógeno 3) desprende una energía calorífica específica mucho mayor que las bombas atómicas. Sin embargo, para iniciar la reacción de fusión son necesarias temperaturas muy elevadas, conseguidas corrientemente asociando una bomba atómica en una bomba de hidrógeno.
Contrariamente a las bombas atómicas, las bombas de hidrógeno no contaminan el lugar de explosión con productos radiactivos.
Se mide la energía explosiva de las bombas atómicas por comparación con la desprendida por una masa de un millón de toneladas de TNT (megatón).
La historia
A raíz del descubrimiento de la fisión hacia finales de 1938, una serie de científicos se dedicaron especialmente a estudiar este fenómeno. Leo Szilard, Eugene Paul Wigner, Albert Einstein y otros recibieron (1939) del gobierno de EE.UU. un crédito inicial para hacer una investigación profunda de la energía nuclear de cara al desarrollo de la bomba atómica.
El hecho de intervenir los estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial hizo aumentar notablemente los presupuestos de las investigaciones, lo que las aceleró. El 2 de diciembre de 1942 consiguieron poner en marcha el primer reactor nuclear, con intervención directa de Enrico Fermi, que fue la base de los primeros cálculos serios de la energía que se podía liberar en una bomba nuclear.
Los trabajos para la consecución de la primera bomba nuclear de fisión fueron llevados a cabo en Los Alamos bajo la dirección de Jacob Robert Oppenheimer con el nombre de Proyecto Manhattan, y la prueba tuvo lugar en Alamogordo (Nuevo México) el 16 de julio de 1945. El combustible empleado fue plutonio-239.
Una bomba atómica de uranio-235 fue lanzada sobre Hiroshima (Japón) el 6 de agosto de 1945. El 9 de agosto del mismo en una bomba de plutonio-239 arrasó Nagasaki (Japón). Posteriormente, la URSS (1949), Reino Unido (1952), Francia (1960) y la República Popular China (1965) han probado y construido sus propias bombas nucleares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario